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Adiós a Jöel Robert, la primera gran estrella del motocross

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El seis veces campeón del mundo falleció hoy en Bélgica, tras haberse contagiado de Covid y sufrir complicaciones diversas derivadas de los problemas de salud que padecía.

Jöel Robert tenía 77 años, y hasta la irrupción de Stefan Everts en el Mundial de motocross en los años noventa, fue el piloto más laureado en la historia del campeonato. Robert ganó seis títulos mundiales entre 1964 y 1972, todos en 250, y cinco de forma consecutiva de 1968 a 1972. Con su impulso, Bélgica se convirtió en la primera potencia mundial del motocross.

Estaba destinado a correr en moto porque el ambiente familiar era propicio porque su padre competía con una Norton, tanto en velocidad, como speedway como en las primeras competiciones de motocross desarrolladas en el continente. A los siete años disfrutó de su primera moto, pero no debutó en competición hasta los 17 años, en 1960. Para entonces se le consideraba un piloto muy precoz, pero no le resultó sencillo llegar hasta allí. Fue un adolescente rebelde, poco amigo de los estudios, que llegó a escaparse del internado donde lo había llevado su padre.

Sus comienzos no fueron fáciles. Corpulento como era, en la categoría junior las motos disponibles estaban faltas de potencia y no logró destacar. A partir de 1962, el importador belga de Greeves le dio una oportunidad y comenzó a competir fuera de Bélgica, y cuando en 1964 CZ se interesó por él, su suerte cambió. Con un modesto coche y arrastrando un remolque con su moto, Robert recorrió Europa y se proclamó, con solo 21 años, campeón del mundo de 250. Era en ese momento el campeón más joven de la historia, y ese hito permanecería durante 16 años, hasta que otro belga, George Jobé, ganó el título de 250 en 1980.

Después pasó unas temporadas complicadas, con lesiones y problemas, pero en 1968 volvió a ser campeón, iniciando una racha imbatible de cinco temporadas consecutivas ganando en 250, primero con CZ (1968-1969), y posteriormente con Suzuki, cuando el fabricante japonés desembarcó en el Mundial de motocross en 1970, ganando tres títulos más con la marca nipona.

A sus éxitos individuales hay que sumarle su aportación al equipo belga, con el que ganó en una ocasión el Motocross de las Naciones, además de tres triunfos en el Trofeo de las Naciones. Junto a Roger de Coster y Sylvain Geboers formó uno de los equipos más sólidos de la historia del motocross.

A partir de 1973 su estrella declinó. Su físico acusó en exceso su falta de preparación, y una vida alejada de la intensa preparación que cabía esperar en un atleta le pasó factura. Su rendimiento fue bastante pobre, hasta que tras la temporada 1976, en la que terminó el Mundial en una discreta 18ª posición, Robert decidió dejar de competir, porque las carreras nunca las abandonó. Desde entonces desarrolló diversas actividades, como importador de SWM en Bélgica y otras marcas italianas, así como descubridor de talentos y preparador de pilotos, desarrollando especialmente esta actividad en Estados Unidos.

Su récord de 50 victorias en el Mundial se mantuvo vigente hasta 2001, cuando Stefan Everts lo superó, igualando sus seis títulos mundiales en 2002, treinta años después de que Robert lo consiguiera.

También se volcó en los jóvenes y en los más desfavorecidos, organizando carreras para recaudar fondos en el pequeño circuito de Jamioulx, al sur de Charleroi, cerca de Grandrieu, la ciudad que lo vio nacer el 24 de noviembre de 1943. Su trabajo con la infancia le valió el reconocimiento de las autoridades belgas. En los últimos años la salud le jugó una mala pasada, sufriendo diversos problemas, con complicaciones derivadas de la diabetes que padecía y una afección cardiaca. La infección de Covid ha sido una última complicación que el bravo y correoso Robert finalmente no ha podido superar. 

Fuente: https://www.motociclismo.es/

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