Opinión

¡Basta de blanco y negro!

La muerte de Dean Berta Viñales reflotó recuerdos por el desaparecido Jason Dupasquier. En medio, el trágico accidente de Hugo Millán tuvo la misma dinámica y la única reacción desde los responsables: un homenaje en blanco y negro.

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Conocido el desenlace tras el accidente que involucró a Berta Viñales y otros pilotos, Scott Redding no tuvo reparos en confesar: “tengo miedo al ver las carreras de SS300”. Y tiene razón. Personalmente tengo la misma sensación (por más que a veces las vea en diferido) y otro tanto me sucede con las reñidas competencias de Moto3. Tengo miedo, porque cada maniobra parece el preludio de un desastre. 

Durante el round español de WorldSBK, el motociclismo volvió a enmudecer tras la muerte de Dean Berta Viñales. Otra foto en blanco y negro para recordar a un motociclista desaparecido. En los últimos cuatro meses fallecieron tres jóvenes promesas, tres chicos que perseguían un sueño y que se extinguió ante sus ojos. 

Jason Dupasquier tenía 19 años cuando se encontró con su destino en la clasificación para el GP de Italia en Moto3, el pasado 30 de mayo; Hugo Millán, de 14 años, murió la European Talent Cup de Aragón el 25 de julio, y ahora Dean Berta Viñales pereció durante la carrera de Súper Sport 300 con apenas 15 años de edad. El primo de Maverick Vinales había debutado a principios de esta temporada, Jason hacía solo un año que estaba en el campeonato del mundo y Hugo trataba de dar el último paso antes de saltar a las “ligas mayores”. 

En momentos como éste, compartimos con muchos colegas el mismo interrogante: ¿cuál es el sentido de tanta tragedia? El motociclismo es un deporte hermoso pero cuenta con un lado oscuro capaz acabar con la vida de tres adolescentes. Una pregunta de difícil respuesta, como la que surge a continuación: ¿se podrían haber evitado sus muertes?. 

Dupasquier, Millán y Viñales fallecieron por la misma dinámica, golpeados por otros competidores que no pudieron hacer nada para evitarlos. Pese a los grandes avances en materia de seguridad que se lograron en los últimos años, tanto en los circuitos como en la indumentaria. Airfences en los puntos más peligrosos, airbags en los trajes, vías de escape más amplias, nada sirve contra la fatalidad del impacto directo cuando no hay salida…

Las luchas cuerpo a cuerpo son el mejor espectáculo que brinda el motociclismo (y que en las clases promocionales nunca faltan), pero también son las más peligrosas. Cualquier piloto es consciente del riesgo, un invitado que nadie quiere pero que está allí, en todo momento.

Franco Uncini, casi muere en su época de piloto tras ser atropellado por Wayne Gardner. Su traumática experiencia le valió para ser hoy Responsable de Seguridad en FIM. Luego del accidente de Millán, comentó: “Siempre es la misma dinámica, algo que (de momento) no puede evitarse. ¿Es culpa de la edad o de la inexperiencia? Para mí es cuestión de mala suerte”.

Y es aquí donde muchos discrepan con Uncini. Scott Redding no le carga las tintas a la edad, pero da una señal en qué pensar: “mucha potencia y peso en las motos para cuerpos que todavía no están desarrollados”. Por otro lado, y mucho más duro y explícito es el testimonio de Michael Fabrizio, un ex piloto oficial de Ducati en SBK, quien no solo no participó del resto de la programación de Jerez (corre en SS600), sino que anunció su inmediato retiro de las carreras: “Noto cierta indiferencia por parte de FIM, permitir carreras con más de 40 chicos en laYamaha Cup, WorldSSP 300 o hasta en Moto3 es reunir a demasiados pilotos con poca o ninguna experiencia y solo sirve para recaudar dinero. En vez de desempeñar un papel de salvavidas, los dirigentes simplemente prefieren el negocio”. Y no solo se conformó con apuntar el rol que juegan los responsables sino que acompañó su crítica con algo que pocos notaron. “Hace años, cuando Márquez debutó en MotoGP, se criticó a Valentino Rossi porque se quejaba de las maniobras ‘arriesgadas’ del español. Hoy hay que darle la razón. Marc se ha convertido en un referente y estos jóvenes emulan sus hazañas, adelantando demasiado al límite, apoyándose en su rival y arriesgando la vertical en cada centímetro”.

Sea cual fuese la razón, las tragedias son difíciles de aceptar, porque no se pueden controlar y todos nos sentimos impotentes. El destino tiene sus propias reglas y no se preocupa por las de los demás, puede ser cruel y es difícil derrotarlo. Esto no significa que deba aceptarse y pagar el precio, por más que sea muy alto y desproporcionado.

Tres vidas quebradas en cuatro meses son demasiadas, la corta edad de los conductores hace que todo sea aún más doloroso. A diferencia de lo criticado en mayo, cuando MotoGP siguió normalmente con su espectáculo, WorldSBK detuvo su actividad inmediatamente y solo continuó a pedido de la familia de Berta Viñales, en su memoria. Mientras tanto, todos deberíamos pensar en cómo mejorar aún más la seguridad en las carreras y rogar porque podamos solamente ver fotos de los pilotos a todo color y ya no en blanco y negro.

E.C.

(sobre textos extraídos en GPOne y Lat.Motorsport)

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