Opinión

De sueños se trata

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Considero que soy un tipo de suerte. La vida me concediò muchas de las cosas que soñè. Juguè al rugby en Europa, en Moscù màs precisamente en Enero con 20 cm. de nieve, entre otras cosas.

Cuando empecè a trabajar como fotògrafo en la revista Exclusivo Motos veìa las notas que firmaba mi amigo Mario Diez sobre Moto GP en tierras lejanas. Como un niño, eso despertò mi deseo de que algùn dìa tuviera la oportunidad de hacer esas imagenes de carrera donde aparecìa quien fuera por varios años mi ìdolo, el absoluto dominador de la categorìa, Valentino Rossi.

Como esa pelìcula que se sabe o se imagina de antemano el final, Il Dottore, anunciò hoy su retiro. Como final, es el màs triste y previsible de todos. Lo es tambièn lògico.

En mi mente tengo la tribuna pletòrica de amarillo a su paso en Termas de Rio Hondo. Apenas pisè la pista fue lo primero que me sorprendiò. Una fiesta, muy distinta a la imagen que brindaba su rojo vecino. Banderas, gorras, sombreros y bengalas reverenciaban su majestuosa presencia en pista. En Argentina, un italiano era local.

Mi dedo ìndice derecho no reaccionò de movida, estaba en presencia de Realeza motociclìstica pura. Hice fuerza para que la mandìbula no se dislocara. Tarde reaccionè en congelar el momento en mi 7D. No me interesaba, sòlo lo querìa ver. ERA MI SUEÑO, ¿ Te acordàs que te contè? Diosito y mis angelitos en el cielo me concedieron uno màs, el màs importante, no, el primero. Cùlmine fue el momento que lo tuve a un metro en la grilla. Agotè la reserva en mi dosis de profesionalidad para no extender la izquierda, la derecha estaba ocupada sosteniendo la càmara, y tocar el mono azul. Pero lo mejor de todo era verlo en acciòn en Barcelona, era el entorno ideal para verlo, aunque sea por poco en un circuito que imaginè allà por 2004, en la revista iniciàtica de mi carrera.

Esperè a su retiro para confesar la idolatrìa por este fenòmeno, no lo consideraba muy profesional de mi parte hacerlo. Para ilustrar la nota no elegì cualquier imagen, esta es icònica, y apenas la tomè supe que su lugar era para ilustrar la columna de hoy. Es la de un Valen yèndose en una curva del Circuito de Cataluña. Con una làgrima, agradezco el honor de haberme cumplido el sueño que tuvo como si fuera un pibe, aquel que soñò retratarlo en pista. Gracias VR46.

Soñar no cuesta nada, cumplirlos es como el paraìso.

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