Si escuchaste alguna vez esta frase demás está decir que perteneces a la población de riesgo por tu edad de Covid, esta calamidad que estamos viviendo mundialmente.
Si nunca oíste esta frase, joven argentino, es por que dada tu corta edad ni siquiera hayas escuchado hablar del «Ratón» Ayala, talentoso jugador de fútbol, mal visto por su larga cabellera por detractores de corte militar. Yo como hincha de San Lorenzo de Almagro en la época de Los Matadores lo seguía en los 70,s.
Y un día se fue a España y allí hizo una publicidad para una marca nacional, Interminable, burda imitación de la marca Puma, acá podes ver dicha publicidad: escuchá bien la frase final.
«En Europa no se consiguen» decía. Me trae a la memoria la frase, la publicidad y al Ratón Ayala un programa en un canal de You Tube especializado en autos donde el conductor decía que tal leyenda con dicho auto le ganó aca en Buenos Aires a los «europeos»…
Y yo por mis adentros me dije…¿qué tienen los europeos que no tenemos los argentinos? No voy a caer en la típica: que «los argentinos somos los mejores del mundo», el «argentino es muy buena persona», que «lo que tenés acá no lo encontrás en ninguna parte del mundo» etc.
Yo te voy a decir lo que tienen los europeos que no tenemos los argentinos: el acceso a la tecnología, la posibilidad de subirse a un medio mecánico de primera, solo eso. Talento hay de sobra, y les sobra valor para dejar su lugar de confort para buscar nuevos horizontes para demostrarlo.
Y no hablo de fútbol, hablo de deporte en general, pero en el deporte que nos convoca la regla se aplica. A veces el talento es equivalente a lo que se puede encontrar en el viejo mundo a pesar de que la masividad, el acceso y la difusión al motociclismo no sea la misma.
Las razones por las cuáles los pilotos argentinos de motocicletas no tienen futuro en el plano internacional las conocemos de sobra, soluciones no hay y estoy desesperanzado al respecto. Pruebas del talento argentino nos sobra también. Doy fe de esto, he visto y veo a diario pilotos de nivel internacional en nuestros circuitos. Si la Argentina fuera la misma que en los años 50 tendríamos oportunidades de seguir ganándoles a los «europeos».