Opinión

¿Molestamos aca?

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Si hay algo que predominó este fin de semana en Buenos Aires fue el calor. Si me dieran elegir en estos casos entre estar en zunga en una pileta, cerveza en mano, exhibiendo mi hercúleo físico reposando en dos flota-flota o ir a dos eventos relacionados con motos, el que suscribe, ¿qué elige uno? Obviamente los eventos motociclísticos.

¿Masoquista el tipo? No, ni cerca. Es el profesionalismo y pasión que tiene el que pertenece al medio periodístico especializado. Muchos de nosotros, casi sin apoyo económico que facilite su trabajo, poniendo a veces más de la cuenta para difundir proyectos nuevos que encara gente a pesar de las dificultades ya conocidas, nos acercamos a éstos y hacemos nuestro trabajo, difundimos o los promocionamos.

Pero al parecer que dicho esfuerzo no es reconocido o importante. A los hechos me remito.

Sábado. Interrumpo una visita a unos amigos de Monte Grande para ir al Galvez. La convocatoria, giros libres de Supermotard. Mi corazoncito late más fuerte cuando se menciona esta disciplina. Yo arranqué mi carrera estelar (ponele), haciendo fotos en el Supermotard Argentino. Aire acondicionado a full mediante, llego a eso de las 4 a la Catedral. La cita era a esa misma hora, viendo que no estaba listo nada, me junto con amigos, mate por medio se hace más llevadera la espera.

Convocados por la organización, dos de ellos se van a ayudar a armar el circuito donde se giraría (???). Se disponen los conos que delimitaban el mismo. Llamó mi atención la cercanía de una carpa donde estaba el sonido y una mesa de control de acceso a pista, dos estructuras fijas que en caso de despiste eran peligrosas.

Más tarde, de a uno, los interesados, previo pago de la inscripción incursionan en dicho circuito. Armo mi cámara y salgo a hacer unas imágenes. Me ubico en la horquilla, a por lo menos treinta metros de pista, en un lugar seguro, cerca de la carpa de sonido y de la leca que en caso de dispiste me protegía. Quiero aclarar que tengo una experiencia de 20 años en fotografía especializada de motociclismo. Habiendo hecho un par de fotos se me acerca el encargado de la organización para decirme que no podía estar ahí. La foto que ilustra este párrafo es tomada desde allí.

Obviamente le dije quien era, de mi experiencia, etc, pero sirvió para nada. Tuve que salir de pista. Consultado por amigos que había pasado, conté lo ocurrido y para mi sorpresa me enteré que la organización buscaba impresionar a la escasa asistencia diagramando el circuito para que los pilotos hicieran el típico derrape se Supermoto para la tribuna. Si necesitas esto, ¿para qué me sacas de pista pudiendo ayudar con la difusión de la actividad?

La organización planea dar cursos de Supermoto vaya a saber con qué instructor, no sabían como armar el circuito, tenían una gran inversión en camionetas ploteadas, carpas y motos preparadas para alquilar a potenciales alumnos pero andaban con cascos para bicicletas que no sirven  para andar en motos y no había nadie especializado o referente histórico para dar los cursos. Eran motociclistas, pero no parecían. 

Al final, decidí irme de ahí.  El organizador volvió justo cuando me iba para decirme que me había conseguido un chalecho verde para estar en pista pero me fui igual. No quería ser parte de esto.

Domingo. Tras varias amables invitaciones por parte de la gente de prensa de la Conam, pude ir al Super X Internacional. Obviamente calor, pienso otra vez en la pileta, la cerveza, la zunga, los flota-flota, ¿pensaban en alguna otra distinta condición de clima? Naaah.

Llego temprano al predio, como no conocía el circuito quería estar allí antes de que empiecen los entrenamientos. Todo bien, todo normal, me acredito. Los entrenamientos transcurrieron con normalidad. 

Llegaron las series y las finales. En la primera final, a diferencia de las series, unos fuegos artificiales iluminaron el partidor en la largada de la 250. Obviamente esto no lo sabía. En consecuencia, tomé los recaudos como para que no me pase lo mismo en la largada de la final de la 450. A punto de largarse la final, me acerco para hacer la toma, siento que me tiran de la remera. Claro, otra vez lo mismo de siempre, estaba en la línea de cámara de la tele. Vino otra persona, me empujó dos veces y me sacó del lugar. Aclaro, debido a un accidente automovilístico tengo la pierna derecha ma, con lo cuál los empujones casi me hacen caer las dos veces que me los hicieron, con la cámara en mano y en mi condición de discapacitado podría lastimarme o romper mi equipo.

Acá es cuando me equivoco yo, lo fui a buscar para pelearlo. Por suerte me frenaron sino le rompía la cámara por la cabeza. Eso sí, el muy cobarde al verme enojado huyo como rata por tirante. Igualmente la foto salio. Es esta.

 

No es gran cosa, pero la foto está. Ahora sí, después de este incidente me fui del evento.

Me fui porque evidentemente los fotógrafos molestamos para la tele, no somos colegas que venimos a trabajar como ellos, la arrogancia de los trabajadores de la televisión el tal, que me revuelve el estomago.

Todo esto es obviamente apañado por los organizadores de los eventos, que no hacen nada para que los fotógrafos podamos trabajar como corresponde. La prensa gráfica es considerada de segunda por mucha gente especialmente por la televisión. Tengo tanto derecho a trabajar, conseguir una toma interesante como cualquier otro trabajador de prensa, sea virtual, gráfico o televisivo. Trabajamos todos para la difusión de nuestro deporte pero de distinta manera, somos igual de importantes y merecemos el mismo respeto. No me quedo adonde no soy valorado o respetado por mi función y/o trayectoria.

¿ Se entendió? ¿Estoy bien aca? Si molesto, me voy.

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