Fuera de Fabrica

Motos clásicas construidas en el presente

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Santiago Rabino es uno de los propietarios de Jhos 1971, un taller dedicado a la restauración, modificación y reparación de motos clásicas y antiguas, especialmente fabricadas entre el año 1900 y 1988. También realizan reformas sobre motos nuevas, para llevarlas varias décadas atrás al mejor estilo Cafe Racer y Street Tracker.

¿Hace cuánto que te dedicás a esto?

«Toda la vida estuve relacionado con las motos, no particularmente con las motos clásicas y antiguas. Comencé simplemente como usuario y después participando en competencias que había en su momento de trail, cuando estuvo el Enduro Challenge, y esas carreras que acá todavía no se conocían. Me empecé a enganchar cuando comenzaban las primeras carreras de rally y después travesías, pero siempre como usuario. En relación con lo que es el taller, nosotros arrancamos hace 6 o 7 años atrás».

¿Cómo definís lo que ustedes hacen?

«Nosotros somos constructores de motos. Dentro de lo que es la construcción hacemos fabricación, reformas, restauraciones, reproducciones, etc. Diseñamos y construimos motos. Particularmente apuntamos a las motos café racer. Ese es el estilo que a nosotros más nos gusta, cuando podemos armamos uno».

El trabajo que realiza Jhos 1971 tiene una particularidad, fabrican replicas exactas de piezas que no se pueden conseguir. Su grado de originalidad incluso fue galardonado durante la última edición de Autoclásica 2019 gracias a una reproducción inédita de una moto Triton.

«Armamos el primer Triton completamente desarrollado y diseñado en Argentina, que el año pasado lo presentamos y se llevó el primer premio de ‘Motos Artesanales’ en Autoclásica. Tiene un 95% de originalidad, no por la cantidad de piezas originales, –excepto el motor que sí lo es-, sino por lograr que la réplica sea 95% del modelo original. Es decir, que las piezas y las formas sean exactas, utilizamos los mismos aros para las llantas, las mismas masas que se usaban en la época, el mismo formato del tanque, piezas del aluminio que corresponde, etc», explicó Santiago Rabino.

Respecto a este histórico e icónico modelo que fusiona un chasis featherbed -como el que utilizaban las motos Norton de la década del ’50-, con motor de Triumph, Santiago remarcó que «no se trata de una restauración de un modelo original, sino que se fabricó todo desde el chasis, las llantas, un cristo de aluminio, absolutamente todo. Si uno ve una Triton de la época y esta construcción no va a notar la diferencia».

¿Cuánto tiempo te llevó esta construcción?

«Nosotros, para hacer un chasis solo, podemos tardar aproximadamente siete u ocho días de corrido. Siempre se hacen cosas en el medio, somos dos personas trabajando: Andrés y yo. Esta moto particularmente nos llevó cuatro meses armarla completa. Hay que entender que cuando uno arma una moto también depende de algunos factores».

«Nosotros utilizamos el sistema americano, al que considero el más correcto, en el cual cada uno hace lo suyo. Si bien nosotros armamos toda la moto y fabricamos todo lo que se necesite, en alguna parte de la moto dependemos de terceros y a veces ahí es cuando los tiempos se disparan».

¿Cómo percibieron el cambio de taller?

«El cambio que hicimos nosotros fue de 180º. En el taller nuevo -ubicado en la localidad de Tigre-, primero lo desarrollamos desde cero y la verdad que estamos súper cómodos. Tenemos todo lo que necesitamos y estamos a gusto en el barrio. El lugar es lindo, agradable y más grande, está hecho a nuestra medida. Trabajamos más cómodos y el lugar es accesible».

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