«Sigo descubriendo cosas. El motocross es algo que no terminás de aprender nunca».

Pasó momentos muy duros que supo sortear, aunque el más complicado fue el día que perdió el ojo. Cuando era chico, en una carrera del Nacional de kart un fierro de otro kárting voló, le rompió en el visor del casco y le dañó el ojo izquierdo dejándolo sin visión. «Tuve un coágulo de sangre en el ojo y el riesgo era de que la sangre se vaya para el cerebro, dejándome complicaciones motrices graves. Estando en la cama, el día 25-9 vi pasar a la virgen de San Nicolás en la Clínica donde estaba. Me agarró escalofrío y lloré sangre. Creer o reventar. Ahí prometí que si volvía a correr iba a usar su número. Y desde el 90 que lo uso» , detalla. Además contó su anécdota con «Michael Schumacher» en el mundial de MX en Salta en 1987.