Raros los tiempos en que vivimos. Difícil de creer o adivinar lo que realmente ocurre.
Se termina cuestionando la veracidad de cierta información o la legitimidad de quien aparece en escena. Hoy en día es muy válido, es casi nuestra obligación cuestionar lo que llega a nuestros ojos y oídos o lo que se lee en medios gráficos.
Hoy un buen productor puede catapultar la carrera de una figurita rutilante llena de siliconas como referente de una fracción, movimiento u organización que pelea por ciertos derechos de los motociclistas.
En estos tiempos de redes sociales se evidencia esta problemática. Cualquier persona puede postular figurines sin conocimiento, experiencia o preparación. A través de ellas se proyectan referentes y organizaciones tan huecas de sentido y adherentes también. Éstas aparecen en medios gráficos masivos como una movida motera empoderadora acorde a los tiempos que corren. Mucha mentira. Muy peligroso combo.
Todo apariencia con el solo fin de figurar, obtener algún rédito económico engañando en su buena fé a la gente, deslumbrando con el brillo y el oropel.
Llamame idealista, y acá hablo en primera persona, pero creo en el merecimiento legítimo para ocupar ciertos espacios y que éstos no sean forzados por gestiones. Preguntemos: ¿y vos que hiciste para estar acá? Escuchemos a quienes desde su formación, trayectoria, conducta, veracidad comprobable y experiencia nos informan desde hace muchos años.
Dudemos de estas apariciones fulgurantes. Cuestionemos su valía. Averiguemos si formación y experiencia. Es muy sana actitud.
Condición sine qua non para ser un motociclista: ser solidario. En la de todos los días podés ver que cuando hay un motero al borde de la ruta, el que va a parar va a ser casi siempre otro motociclista.
Llevando esto a otra escala en la Ciudad de Buenos Aires hay tres eventos que se destacan por la actitud solidaria de sus participantes: la Caravana Solidaria organizada por el Kawaclub que es a beneficio de Hospitales pediátricos llevando juguetes para el Día del Niño, la Ruteada Solidaria organizada por la organización Mujeres al Mando que tiene doble propósito: concientizar la prevención del Cáncer de Mama y también junta juguetes para chicos y el Distinguished Gentlemans Ride, un evento que no sólo se da en CABA sino que también se da en distintas ciudades del país que tiene objetivo concientizar sobre el Cáncer de Próstata y el Suicidio Masculino.
Personalmente y gracias a este medio pude asistir este año a los tres. Darle difusión es nuestro compromiso y así lo hicimos. Compromiso que no nos cuesta nada de esfuerzo ya que nos identificamos con las tres causas. Ahora, si me preguntan a mí, tengo un preferido: la Caravana Solidaria. Sí, los chicos me pueden y mucho.
Me considero amigo de los tres organizadores: el Oso Marsán le pone una garra increíble al DGR, Belén Couso ya lleva 5 ediciones de la Ruteada Solidaria y me sorprendió con su propuesta pero asistí a todo lo que hizo Fernando Rivera y el Kawaclub relacionado con la Caravana: comí fideos y compré algo en la subasta en un club de barrio, me levanté temprano un Sábado para ir al punto de partida de los motociclistas en el Campo Argentino de Polo y los esperé en el punto de llegada: la Casa Garrahan.
Es allí donde siempre le encuentro sentido a la cosa. Parados en la puerta de la Casa Garrahan estaban ellos, los cabecitas rapadas, los tripulantes de la silla de ruedas, los de los ojos grandes esperando a las motos y sus personajes, esos que ven en la tele que les traen ese chiche que, por lo menos por un día, atenúen lo que les pasa durante todos los días, muchas veces lejos de casa.
Me han pasado cosas fuertes en lo que va del año, afectos que se fueron, dolores de corazón, no es nada comparado con lo que pasan esos chicos. Alguna vez yo estuve en ese lugar, hospitalizado por muchos días buscándole sentido a mi destino, preguntándome por que, queriendo salir a jugar a la plaza con todas mis fuerzas. Volver a mi normalidad era todo para mí.
Ya vieron por la tele y redes sociales lo que pasó ese Sábado pero personalmente ninguna de las imágenes le hacen justicia a vivir la experiencia de estar ahí presente esa mañana, yo se los recomiendo, ahora, también les advierto y nunca digan que no se los dije. Es adictivo, van a volver todos los años. Porque ante todo somos motociclistas, ergo, somos solidarios por naturaleza.
Y… se hace adictivo, eso me dijeron en la previa. No lo tomé a la ligera pero si me pareció algo exagerado. Ya se me había hecho adictivo esto de las motos allá por el 2004 en Mercedes Corrientes con el Supermotard. Pero esto…¿te parece? ¿es para tanto? me dije yo.
Esto de la adicción me lo había dicho en su momento Fernando Rivera del Kawaclub, organizador de la Caravana del Día del Niño. Él es solo la cabeza visible de muchas almas sensibles que cada Agosto en ocasión de la fecha del Día de la Niñez se congregan en adyacencias del Campo de Polo de Palermo a juntar juguetes para los chicos que están internados en los Hospitales Garrahan y de Niños.
Tras varias invitaciones un día de Agosto fui al evento. Tumultuosa congregación de moteros sobre la Avenida del Libertador, algarabía en los asistentes con sus disfraces de payasos, hombre araña, batman, etc y toneladas de juguetes en los camiones, una fiesta.
Día espectacular en lo climático: sol y nada de frío, instrucciones finales de Fernando para iniciar la caravana y allí fuimos. Los motociclísticas arrancaron para el lado del centro haciendo sonar sus bocinas y yo me adelanté y me fui directamente al Garrahan para hacer la mejor toma cuando llegaran al Hospital.
Llegan las motos y un grupo de ellos, batman y payaso incluídos entran a repartir juguetes a la casa Garrahan. Al mismo tiempo, en la plaza cruzando la calle se armaba la fiesta de los chicos. Allí conocí al nene de la foto, sin saber su nombre me contó su historia: de donde era, como se llamaban sus papás, sus hermanos, sus abuelos, que extrañaba sus amigos del cole, de jugar a la pelota de la plaza, me preguntó si le había traido algo. Verguenza mayúscula me dió tener las manos vacías, claro, yo iba por otra razón, la periodística. Ese pibe me inoculó la droga, Tan simple como eso. Me hizo ver lo equivocado que estaba, que la cosa no pasaba por la cobertura del evento sino por los chicos. Ellos inconscientes a veces de su realidad nos hacen caer de que ellos no necesitan salir en la tele o en los diarios, sino amor en la forma de un juguete. Sanarse después y volver a casa, a sus amores. Pero por ahora, el juguete es su bálsamo.
Sigo sin saber su nombre, no me acuerdo de donde era ni que pasó con él, solo sé que, como te dije antes, se transformó en mi droga. Confieso mi adicción a esta droga o las muchas drogas que encontramos en estos hospitales. De esas otras muchas drogas, pequeños seres humanos que nos hacen movilizar por lo menos una vez por año. Suena a poco esta vez al año pero el efecto es duradero. Reconozco los síntomas del síndrome de abstinencia que ataca principalmente mi sistema nervioso central. Necesito esa droga. Y ni se les ocurra internarme en ninguna granjita, se los pido.
Me consuela saber que hay gente que es adicta y está en peores condiciones que yo. Me refiero a Fernando Rivera y sus secuaces como Batman, Batichica, Hombre Araña, su coequiper la Mujer Araña y el infaltable Pachacho y sus platitos.
Si el 20 de Agosto a las 8 30 de la mañana venís a la Caravana del Día del Niño en el Campo de Polo de Palermo vas a convertirte en un adicto más.
Fernando tenía razón, es adictivo. No digas que no te advertí, esto también es un viaje de ida.
Es así, nada es para siempre. La prensa especializada de motociclismo estimo que esta desapareciendo, eso es lo que creo. Con la falsa idea que las redes sociales pueden reemplazar a profesionales idóneos estamos cayendo en una mediocridad general alarmante.
Les voy a presentar dos casos diferentes: uno local y otro internacional.
El primero: queriendo encontrar algo en el buscador de internet por excelencia quedé atónito con la «burrada» (sic Sergio Canclini) de ver la noticia de la lamentable muerte de un piloto en el Tourist Trophy de la Isla de Man, una road race, la más importante del mundo que se da una vez al año en dicha Isla. Esta nota del diario español El mundo (www.elmundo.es) veo que en la volanta que encabeza la nota dice MOTO GP (???). ¿Qué tiene que ver el chorizo colorado con la compota de orejones? Te lo dejo a tu criterio (gracias Karina Olga).
¿No hay nadie especializado en Deporte Motor en ese prestigioso periódico? Ni siquiera me pregunto si hay alguien que sepa de motos en un país plagado de ellas con tantos pilotos participando en la máxima categoría. Si quieren, me ofrezco para dar una mano.
La segunda: suena mi despertador a las 6 a.m. del Domingo. Hay fecha del Superbike de la Febom en Dolores. Tengo la costumbre de escuchar el noticiero en la televisión mientras me preparo para salir. Ya desde el día Sábado el pronóstico daba niebla en la Autovía 2. Hago de tripas corazón y encaro esta tristemente célebre ruta ya que tuve un accidente en la misma que cambió para siempre mi vida. Por suerte alrededor de las 9 se veía mucho mejor y llego al Autódromo de la ciudad de Dolores a tiempo. He ahí lo que me pasa siempre. Me presento con los que controlan la entrada al autódromo, me comunican que la entrada sale $1.500.-, les digo que vengo a trabajar en la difusión de la carrera y me dejan pasar. En un segundo control digo lo mismo pero esta vez me piden la pulsera que me permite entrar a pista. No la tenía y me dice que tengo que volver sobre mis pasos a buscarla al primer control. Yo sé que la estoy haciendo larga, te pido disculpas y paciencia. Es un relato detallado y pormenorizado de lo acontecido. En éste primer control me dicen que no pueden dar la pulsera porque se entregan contra el pago de los $1.500.-. Es por eso que llaman para darme acceso y escucho que debo pagar y que después me lo devuelven.
Pongo primera y al grito de «nos vemos » encaro la vuelta a casa.
Y te preguntarás ¿por qué hice eso? Yo te voy a responder. Yo sé que con la confesión que voy a hacer estoy cerrando el acceso a toda cobertura de las carreras que se hagan en la República Argentina. Es que me cansé.
Desde el 2004 que estoy en esto de las Carreras. Cubrí casi todas las categorías del país y conozco a casi todos. Y ellos también me conocen. No me hacen tanto lío en el Moto GP o en el WSBK. Claro, allá si que están organizados y no improvisan nada . Ya el año pasado la Febom a través de su titular me pidió $5.000 para poder hacer fotos en la carrera. Increíble ¿no? Obviamente me negué. Este año volvimos a hablar y quedamos en que «ayudaria» (gratis obvio) en la promoción de las Carreras que siempre se dan en tres circuitos: Dolores, Roque Pérez y Arrecifes. Nunca salen de ahí. Conociendo a esta gente y después de años de estar en el medio te puedo decir que no tengo garantías de que me devuelvan esos $1.500.- con lo cual se transforma en una forma encubierta de pago por trabajar en la categoría y darle difusión. Una lástima, ésta era una carrera en homenaje a Mariano Anello, gran pibe y piloto, hijo de un gran tipo, Sergio Anello, que murió gracias a la inseguridad reinante en nuestro país.
Conclusiones: – No hay promoción ni difusión de carreras. Los medios especializados ya no lo hacen por actitudes como esta.
– El motociclismo deportivo Argentino se sustenta solo en el bolsillo del piloto, que, en los tiempos que corren, ya está esquelético. Un piloto no puede soñar en llegar a una categoría mundial ya que para llegar al Nacional tiene que hipotecar hasta su apellido. Es por eso que siguen su carrera en países vecinos porque tienen premios mucho mejores o dejan la actividad.
– Ya no existe el encargado de Prensa, no hay gacetillas para todos los medios. Los últimos dos que trabajaron profesionalmente el tema fueron Marcelo Mestre en el Supermotard Argentino y, en la vereda de enfrente, donde me inicié profesionalmente, el Supermoto y Superquad Bonaerense a través de sus organizadores Gato Barbery y Gustavo Bassi, categoría que misteriosamente desapareció. Desde hace mucho tiempo que no me contratan para trabajar haciendo fotos en alguna categoría. Tengo que ir a trabajar y venderle imágenes a los pilotos. No es la forma profesional de trabajar.
En definitiva… Ya me resigne, ya no hay más nada que hacer. En estos tiempos de influencers que no saben nada de motos, que sólo atraen por su apariencia o capital en clics y dirigentes que sólo quieren ganar plata no hay lugar para laburantes como yo, con pasión y sacrificio, que su único objetivo es crecer con la especialidad.
El tiempo se llevó consigo muchas cosas, incluso nuestra actividad.
Sé positivamente que hay gente vinculada al ambiente que lo sabe y que hay personas a las que no les interesa nada esto. También sé que aunque me haya tomando un par de horas de mi Domingo para escribir esto no significa nada.
Nada va a cambiar.
Desandando la ruta 2 sólo me queda parar a la escala obligatoria de la Autovía a escribir estas líneas y llegar a casa escuchando Zenyatta Mondatta, y si, soy versión 5.9 o persona de riesgo como quieras,. Te recomendaría que lo Googlearas pero no te doy garantías que informen bien, ¿viste?
Ni bien descubrís el motociclismo, te envuelve con tu pasión. Alguna vez un referente del medio me dijo: «en las carreras no está la plata», apasionado como muchos, y pese a tomarlo como un trabajo, yo no lo hacía por la plata…los dirigentes sí.